Este pequeño país consta sólo de dos habitaciones, llamadas negra y blanca. Ambas comparten el mismo pasillo hasta que éste se divide y debes girar a la derecha si quieres visitar la habitación negra o a la izquierda si quieres visitar la habitación blanca….
El protagonista avanzó por el pasillo y giró primero a la derecha, entonces empezó a oir lamentos que salían de la puerta negra, abrió la puerta y vió numerosos comensales ante una mesa repleta de manjares, y aunque todos tenían una cuchara con la que alcanzaban el plato central, se morían de hambre. El motivo era que las cucharas eran el doble de largas que sus brazos y estaban fijadas a sus manos. De ese modo, todos podían servirse, pero nadie podía llevarse el alimento a la boca.
Ante esta visión el hombre se dió media vuelta y se dirigió a la habitación de la puerta blanca. Todo era esactamente igual excepto que no se oían quejidos ni lamentos.
Abrió la puerta y vió la misma escena, una mesa repleta de manjares llena de comensales con las mismas cucharas fijadas a sus manos.
Pero allí Nadie Se quejaba ni Lamentaba. La única y gran diferencia era que allí NADIE SE MORÍA DE HAMBRE PORQUE TODOS SE DABAN DE COMER LOS UNOS A LOS OTROS.
Jorge Bucay