«El momento de descenso y descubrimiento empieza en cuanto uno se siente conscientemente insatisfecho con la vida».
Al contrario de lo que opinan la mayoría de los profesionales, esta torturante insatisfacción con la vida no es un signo de “enfermedad mental”, ni un indicio de inadaptación social, ni un trastorno del carácter.
Esta infelicidad básica ante la vida, oculta el embrión de una inteligencia en desarrollo, especial, generalmente sepultada bajo el peso inmenso de las farsas sociales.
Cuando una persona comienza a experimentar el sufrimiento de la vida, empieza al mismo tiempo a tener conciencia de realidades mas profundas. Y mas válidas, pues el sufrimiento destruye la complacencia de nuestras ficciones habituales acerca de la realidad y nos obliga a despertar en un sentido especial: a ver con cuidado, a sentir con profundidad, a establecer contacto con nosotros mismos y con nuestro mundo, y hacerlo de manera que hasta entonces habíamos evitado.
Se ha dicho, y creo que ciertamente es así, que el sufrimiento es la primera gracia. En cierto modo, cuando uno sufre casi debería regocijarse, pues el sufrimiento señala el principio de la intuición creativa.
Pero sólo en cierto modo. Algunas personas se apegan a su sufrimiento como una madre a su hijo, cargándolo como un peso que no se atreve a dejarlo en el suelo.
No se enfrentan al sufrimiento de una manera reflexiva, racional, sino que mas bien se aferran a él, secretamente extasiadas con los espasmos del martirio.
No hay que negar la conveniencia del sufrimiento, evitarlo no despreciarlo; pero tampoco hay que glorificarlo, dramatizarlo o aferrarse a él.
La aparición del sufrimiento no es un bien, pero si una buena señal, indicación de que uno comienza a darse cuenta de que vivir fuera de la consciencia de unidad es en última instancia dolorosa, perturbadora y triste…
El sufrimiento es, entonces el primer paso hacia el reconocimiento de las falsas demarcaciones y si se entiende correctamente, es liberador…
Debemos interpretar bien el sufrimiento para poder penetrar en él, vivirlo y trascenderlo al fin. Una mala comprensión hace que nos atasquemos en mitad del sufrimiento, nos revolquemos en él, sin saber que mas podemos hacer.
A lo largo de la historia de la humanidad, muchos chamanes, sacerdotes, sabios, místicos, santos, psicólogos y psiquiatras han intentado señalar las mejores maneras de vivir correctamente el sufrimiento para poder trascenderlo…
Para poder dejar de ser un ser “doliente” y trascender a un ser “sufriente” hay que:
Reconocer el dolor
Entender el dolor.
Comprender el dolor
Aceptar el dolor y
Asumir el dolor.
De esta manera lo elaboramos y nos podemos «expandir » para tener mejor calidad de vida».
~ Ken Wilber ~ extracto del libro «la Conciencia sin fronteras»».