La ira no está fuera

“Un monje decide meditar solo. Lejos de su monasterio toma un bote a la mitad del lago, se detiene allí, cierra los ojos y comienza su meditación. Después de algunas horas de silencio imperturbable, de repente siente el golpe de otro bote que choca con el suyo. Con los ojos todavía cerrados, siente que su ira va en aumento y para cuando abre los ojos, ya esta listo para gritar al barquero que se atrevió a perturbar su meditación. Pero cuando abrió los ojos, ve que es un bote vacío, no atado, que flotaba en el medio del lago…

En ese momento el monje logra la autorrealización y entiende que la ira está dentro de él; simplemente necesita el golpe de un objeto externo para provocarla…

A partir de entonces, cada vez que se encuentra con alguien que lo irrita o le provoca la ira, se acuerda de si mismo; la otra persona no es mas que un bote vacío. La ira está dentro de mi”.

Fuente: Santiago Núñez

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